VELOCIDAD EN LA BATERÍA: CONSEJOS, REFLEXIONES Y SUGERENCIAS 4º PARTE

EL ENEMIGO NÚMERO UNO DE LA VELOCIDAD: LA TENSIÓN

Durante los doce años que llevo dedicándome a dar clases de batería, he podido presenciar un sinfín de veces el hecho de que casi todo el mundo relaciona la velocidad con la tensión. Desconozco la razón, pero parece ser que el primer instinto que sentimos todos al querer tocar rápido es el de tensar los brazos y las piernas, e incluso tensamos partes de nuestro cuerpo que nada tienen que ver con la ejecución del instrumento, como la mandíbula o el cuello.

La tensión nos impide desarrollar una técnica adecuada (por consiguiente, nunca podremos avanzar) y nos puede llevar directos a una lesión musculoesquelética grave. Es lo que en medicina denominan Trastornos de Trauma Acumulativo, y son el resultado de traumatismos pequeños y repetidos por sobrecarga mecánica.

Por si este no fuera motivo suficiente, también nos queda la cuestión del sonido. Si tocamos tensos no podemos impedir tocar forzando posturas, y eso se refleja en cada golpe que toquemos en nuestro kit de batería. Una ejecución tensa suena insegura, falta de intención, descuidada y forzosamente fuera de tempo.

¿Cómo podemos solucionarlo? Tenemos que mentalizarnos del hecho de que para tocar rápido tenemos que estar muy relajados. Es la única manera de conseguir tocar cómodos durante largos períodos de tiempo, sin riesgos para nuestra salud y obteniendo el mejor sonido posible de nuestro instrumento.

También hemos de ser conscientes de que el movimiento que necesitamos para tocar varía mucho según la velocidad a la que estemos tocando. Es decir, no realizaremos el mismo movimiento ni implicaremos los mismos grupos musculares tocando semicorcheas a 100 bpm la negra que a 250 bpm. Por eso es conveniente remarcar que por mucho tiempo que pasemos tocando a 100 bpm nunca llegaremos a tocar a 250 si no trabajamos progresiones rítmicas y transiciones de movimiento, básicamente porque la actividad muscular que necesitamos para hacerlo es distinta.

Según la experiencia con mis alumnos, un asunto que hace muy confuso el tema de la velocidad es el de la reducción de campo de acción. Dicho de otro modo, las leyes de la física nos indican que cuanto más rápido queramos ir, menor es el movimiento que tenemos que realizar. Cuando un alumno recién llegado me comenta que está estancado con su velocidad y no sabe cómo avanzar, en la mayoría de ocasiones el problema viene relacionado con la tensión y el exceso de movimiento. Puede resultar obvio visto así, pero tocando a 200 bpm es imposible hacer un blast beat si movemos y tensamos los hombros, así como tampoco podremos tocar un doble bombo constante a esa velocidad moviendo toda la pierna.

 

¿APRENDER CON UN PROFESOR, O BUSCAR EN INTERNET?

En este punto es donde encuentro vital la labor de un profesor cualificado que nos guíe y oriente nuestra evolución, ahorrándonos una cantidad considerable de tiempo y previniéndonos de las tan temidas lesiones. He descubierto que hay toda una generación de bateristas que pasa mucho tiempo investigando en YouTube sobre todas las técnicas posibles (Swivel, Heel Toe, Flying Fingers, Push Pull…) pero invierten muy poco tiempo en el set tocando y viendo cuál de estas técnicas se ajusta mejor a su fisionomía. Cada ser humano es un mundo, y a todos no nos funcionan las mismas cosas.

Últimamente, están proliferando como setas en todo internet una serie de paquetes de ejercicios en formato vídeo que se anuncian como una suerte de «remedios milagrosos» y que nos permitirán tocar a una velocidad endiablada en muy poco tiempo. Si os fijáis bien, seguro que os recuerdan bastante a esos artículos que anuncian en las tiendas por televisión, que prometen mucho, pero terminan siendo de utilidad más bien escasa. Lamentablemente, para esto no existen los atajos (podéis leer el artículo anterior sobre la quema de etapas), es todo constancia y muchas, muchas horas; pero los creadores de este tipo de productos se aprovechan de la impaciencia de la nueva generación de bateristas, que no tiene tiempo que perder.

Imaginad por un momento que un día os levantáis de la cama con un dolor punzante en el costado, y vais corriendo a buscar en google la sintomatología. De entrada, no podréis abarcar la lectura de todos los resultados, y de segundas, seguro que cuando llevéis leídas unas cuantas páginas, lo único que os invadirá será una increíble confusión. Lo lógico es buscar a un profesional que os examine, os diagnostique, y si puede, os cure. Con la batería pasa exactamente lo mismo. No hay sustitución para un buen profesor que nos instruya en los principios básicos de la técnica de dedos, moeller, que nos enseñe a coger las baquetas y a sentarnos, además de inculcarnos buenos hábitos de práctica y enseñarnos a estudiar de forma eficiente.

 

LA IMPORTANCIA DE LA RESPIRACIÓN

Tal y como decíamos antes, para tocar rápido es fundamental que estemos relajados. Y la relajación depende, en su mayor parte, de una buena técnica de respiración. Por desgracia, la respiración es el apartado más ignorado y desconocido por parte de los bateristas de música extrema.

Ya que tocar un concierto durante una hora es una actividad física aérobica continua y prolongada, nuestra respiración ha de ser lo más regular posible. He sido testigo en muchas ocasiones de bateristas que contienen la respiración antes de ejecutar un break difícil o una parte compleja de una canción, cuando deberían estar haciendo justo lo opuesto. Tendemos a respirar profundamente antes de un reto o de enfrentarnos a un gran esfuerzo físico. Es un reflejo natural de nuestro cuerpo, que únicamente busca recibir más oxígeno para activar sus sistemas. Sin embargo, con el esfuerzo físico necesitamos lo contrario: inhalar cuando la carga física sea moderada, y exhalar cuando esta aumente.

Al contener la respiración, estamos cortando el aporte de oxígeno a la sangre que nuestro corazón eyecta hacia los músculos y órganos activos de nuestro cuerpo, impidiéndonos así generar la energía que tanto necesitamos. Desde mi experiencia, aconsejo a todos mis alumnos que aprendan a realizar la respiración abdominal, ya que esta necesita menos músculos para realizarse que la respiración torácica, es menos agotadora, y al utilizar todo el volumen de los pulmones se distribuye más oxígeno por todo el cuerpo.

Os animo a que la probéis, estoy seguro de que os percataréis de la enorme diferencia que existe entre desarrollar una buena técnica de respiración y tocar conteniendo el aliento.

Nos vemos en el próximo artículo. ¡Hasta pronto!